PREPARACIÓN
PASO 1
Pulverizamos las almendras junto con el azúcar glasé poco a poco en una picadora, o cualquier otro tipo de aparato, teniendo cuidado de no pasarse en la molienda para que la almendra no suelte el aceite y se convierta todo en una masa inservible. Mejor hacerlo en dos o tres veces por seguridad y control sobre los ingredientes. Debe quedar un polvo fino y seco que colocaremos en un bol.
Añadimos la clara y amasamos hasta lograr una masa consistente que no se nos pegue a las manos.
Estiramos con un rodillo sobre una superficie espolvoreada con azúcar glasé. Un grosor de unos 3 mm, es suficiente.
Con ayuda de una regla ( para que te salgan todos igualitos), vamos cortando cuadrados de 5 X 5 cm. que iremos enrollando en un palito redondo o lápiz, vamos sacando del palito y los vamos colocando sobre una rejilla para que se sequen un par de días dependiendo de la humedad que haga en cada lugar. Deben quedar secos y duritos por fuera pero tiernos por dentro.
Una vez secos hacemos la yema para rellenar poniendo en un recipiente antiadherente la mezcla de las yemas y el azúcar y removeremos hasta que espese, apartamos del fuego y metemos en una jeringa o manga pastelera para rellenarlos.
Cuando hayamos terminado haremos la glasa, mezclando el azúcar glass junto con el agua y sumergiendo cada uno de los huesos en la mezcla, los ponemos a escurrir sobre la rejilla y dejamos ahí hasta que estén completamente secos, puede ser fácilmente al día siguiente.
Añadimos la clara y amasamos hasta lograr una masa consistente que no se nos pegue a las manos.
Estiramos con un rodillo sobre una superficie espolvoreada con azúcar glasé. Un grosor de unos 3 mm, es suficiente.
Con ayuda de una regla ( para que te salgan todos igualitos), vamos cortando cuadrados de 5 X 5 cm. que iremos enrollando en un palito redondo o lápiz, vamos sacando del palito y los vamos colocando sobre una rejilla para que se sequen un par de días dependiendo de la humedad que haga en cada lugar. Deben quedar secos y duritos por fuera pero tiernos por dentro.
Una vez secos hacemos la yema para rellenar poniendo en un recipiente antiadherente la mezcla de las yemas y el azúcar y removeremos hasta que espese, apartamos del fuego y metemos en una jeringa o manga pastelera para rellenarlos.
Cuando hayamos terminado haremos la glasa, mezclando el azúcar glass junto con el agua y sumergiendo cada uno de los huesos en la mezcla, los ponemos a escurrir sobre la rejilla y dejamos ahí hasta que estén completamente secos, puede ser fácilmente al día siguiente.
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